La llegada del nuevo año nos ha traído una bajada de temperaturas de la que todos queremos protegernos. Refugiarse bajo las mantas o buscar el calor de la chimenea no son las únicas formas de combatir el frío. Existe una serie de recomendaciones que podemos seguir para preparar nuestro hogar en estos días en los que el frío se cuela por cada resquicio. Aquí te explicamos algunas que nos parecen muy útiles:

Los aislantes: nuestros aliados

En primer lugar, deberíamos aislar nuestro hogar para que el ambiente cálido que creemos se mantenga fácilmente. Desde el mismo tejado, muchas veces responsable de filtraciones de agua y humedades por culpa de la lluvia (que además de aportar un ambiente frío pueden conllevar problemas respiratorios), hasta puertas y ventanas. En muchas ocasiones, no basta con tener nuestro hogar cerrado a cal y canto si los elementos que aislan la casa del exterior no son lo suficientemente efectivos. Por tanto, aislar el hogar, además, de ayudarte a mantener una temperatura estable tanto en invierno como en verano, te hará ahorrar sin darte cuenta en la calefacción (o el aire acondicionado, cuando llegue el calor).

La calefacción siempre a punto

Además, para prevenir fallos, fugas y facturas desorbitadas, será conveniente que revises tu sistema de calefacción, sea este cual sea, así como regular el termo de gas para que caliente el agua a la temperatura adecuada (en la actualidad existen termos que calientan el agua a la justa temperatura que les indiques, lo cual supone un ahorro considerable en tu factura). Podrás, también, plantearte la posibilidad de instalar suelo radiante, bien en toda la casa, bien en habitaciones como el cuarto de baño o en las salas comunes.

Alfombras, colchas y cortinas

Aunque también puedes salvaguardarte del frío que produce el contacto directo con el suelo mediante la decoración con alfombras. Existen tapices de todo tipo que combinan con cualquier estilo y diseño (incluso para los más pequeños, que podrán jugar en el suelo sin problemas). Además, aunque todos sacamos las mantas de los armarios cuando refresca, no deberás quedarte solo con eso: cambia las colchas o los cubrecamas finos del verano por otros más gruesos. También puedes hacerlo con las cortinas, que, junto con un buen aislamiento en las ventanas, impedirán que se cuele el frío.

Hábitos de invierno

Por último, adquiere nuevos hábitos. Si en verano te gusta ventilar tu hogar por las noches y durante un tiempo prolongado, en invierno tendrás que hacerlo cuando incida el sol en cada ala de tu casa y durante apenas unos minutos. Créenos, adoptando este pequeño hábito notarás en seguida el cambio de temperatura y tu casa permanecerá igualmente ventilada y libre de polvo y ácaros.

Ya has visto lo sencillo que puede llegar a ser mantener un ambiente cálido en tu hogar. ¿Qué te parecen estos consejos? ¿Cuáles de ellos sigues?