Seguramente, no te has detenido a pensar en la cantidad de sustancias nocivas que puede acumular tu hogar. Según un estudio en cada hogar hay hasta cinco o diez veces más sustancias tóxicas que fuera de él.

Beneficios de ventilar tu hogar

Como ves, ventilar la casa es más importante de lo que puedes llegar a creer: ayuda a secar humedades, refrescar el ambiente en épocas calurosas y prevenir enfermedades causadas por la acumulación de sustancias tóxicas en el aire. Y es que, por inocente que parezca, hasta el vapor que se ocasiona en el baño, la cocina, las estufas o las duchas puede favorecer la acción de dichas sustancias.

Hay síntomas que desparecen cuando optas por ventilar tu hogar. Algunos de ellos son: asma, alergias, decaimiento, insomnio, migrañas, mareos, erupciones en la piel, estrés y debilitamiento del sistema inmunológico. Además, evitarás la concentración del monóxido de carbono que exhalamos, oxigenarás el ambiente, regularás la temperatura de tu hogar y su humedad y dirás adiós a olores indeseables.

¿Cuál es la mejor manera de ventilar?

Hay distintos tipos de ventilación:

1. La ventilación forzada: funciona creando corrientes de forma artificial y usando extractores o ventiladores y puede ser localizada o no, dependiendo del caso.

2. La ventilación natural: la misma arquitectura de la vivienda la posibilita y se subdivide en:

a) Cruzada: es la más recomendada y fundamental en cualquier vivienda. Consiste en abrir puertas y ventanas en lados opuestos de la casa. Al ser distintas la temperatura y presión, se crean corrientes que refrescan todo el lugar.

b) Efecto chimenea: utiliza el principio de que el aire caliente sube. De esta manera, si abrimos una ventana en la segunda planta y otra en la primera, deberá salir el aire tibio (por lo general, el contaminado) y mantener la casa fresca.

Algunos consejos y tips de ventilación

– Suma la acción de ventilar a tu rutina diaria de limpieza y orden.

Hazlo diariamente y, especialmente, por las mañanas. De este modo, eliminarás el CO2 que soltamos al respirar por la noche.

– Evita mantener una ventana abierta durante todo el día, ya que enfriarás en exceso la habitación o permitirás que se desarrolle moho cerca de la ventana. Es preferible utilizar la ventilación cruzada durante una media hora.

– Los dormitorios requieren de más ventilación, por ser los principales focos de acumulación de CO2 que exhalamos durante la noche. Les siguen los baños para secar la humedad causada por el vapor y, luego, la cocina, para liberar vapores y olores concentrados.

Ahora sí: ¡ya sabes que ventilar no solo es una costumbre de nuestras abuelas! Es estar un paso más cerca de una vida saludable. ¿Estás list@ para dejar entrar un aire renovado a tu hogar?